Croquetas de bacalao

Las croquetas de carne de puchero de mi madre son insuperables. No lo digo yo ¡lo dice su yerno! Por eso yo ni intento que me salgan parecidas y me dedico a probar cosas diferentes. Pero siempre usando la bechamel de Maicena de mi madre, y con la 'técnica anti-grumos' de mi cuñada Marimar. Es un poco laborioso hacer croquetas caseras, pero para algunas ocasiones merece la pena. Una vez puestos, mejor hacer muchas y congelarlas.



Ingredientes (unas 40 croquetas pequeñas)


1/2 puerro
150 gr de bacalao desalado desmigado
12 langostinos crudos
500 ml de leche
40 gr de Maicena
Huevo batido
Pan rallado
Sal y pimienta




Trocear el puerro en pedazos muy pequeños y rehogar a fuego suave en una sartén con un fondo de aceite, de forma que no se tueste demasiado. Cuando esté blando y comience a tomar color, añadir el bacalao y los langostinos picados muy pequeños, y dar unas vueltas, hasta que los langostinos estén cocinados.

En un bol desleir la Maicena (unas 4 cucharadas soperas) con 125 ml de leche fría. Añadir el resto de la leche a la sartén con el bacalao, salpimentar y esperar a que la leche comience a hervir. Justo en ese momento, añadir de golpe a la sartén la mezcla de Maicena con leche y comenzar a remover lentamente hasta que comience a espesar. Es casi inmediato. Retirar del fuego cuando ya esté espeso, colocar en un recipiente y esperar a que se enfríe completamente para moldear las croquetas. En recomendable esperar varias horas. Será mucho más fácil darles forma.

Pasar cada croqueta por huevo batido y pan rallado. ¡Sin desesperarse! ¡No vale que las croquetas cada vez sean más grandes para acabar antes!

Se pueden congelar o freir en el momento. Para freirlas, usar aceite caliente, pero no excesivamente, porque podrían abrirse y quedarían más feas.

Yo las sirvo con alioli o con salsa de tomate. Pero para las que tengo congeladas pienso hacer una salsa de tomate picante. ¡Saben a poco!